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Voz

¿Cómo cambiar las oraciones de voz pasiva a activa y viceversa?

La habilidad de alternar entre la voz activa y la voz pasiva es crucial para mejorar la claridad y el estilo de la escritura. Esta capacidad gramatical permite adaptar la estructura de las oraciones según el propósito y el énfasis deseado en el texto.

En este artículo, exploraremos detalladamente qué implica la voz activa y la voz pasiva, cómo realizar la transición entre ambas, cuándo es apropiado emplear cada una y cómo evitar errores comunes al cambiar la estructura de una oración. Además, responderemos preguntas clave para brindar una comprensión completa y práctica sobre este tema.

Descubre cómo transformar tus oraciones para lograr mayor claridad, estilo y precisión en tu escritura, dominando el arte de cambiar entre la voz activa y pasiva con confianza y destreza. ¡Acompáñanos en este viaje hacia una redacción más efectiva y versátil!

¿Qué es la Voz Activa y la Voz Pasiva?

La diferencia fundamental entre la voz activa y la voz pasiva radica en la forma en que se estructuran las oraciones y en qué parte se enfatiza la acción o el agente que realiza dicha acción.

Voz Activa: Poniendo el Foco en el Sujeto que Actúa

La voz activa es la forma más común de expresar una acción en la que el sujeto realiza la acción directamente sobre un objeto. Por ejemplo, «El perro come la comida». Aquí, el perro es el sujeto que realiza la acción de comer, y la comida es el objeto directo que recibe la acción.

En la voz activa, el sujeto toma el papel principal y se encuentra al inicio de la oración. Esta estructura proporciona claridad al indicar quién realiza la acción y sobre qué objeto o persona recae esa acción.

Voz Pasiva: Enfatizando la Acción Sobre el Agente

Por otro lado, la voz pasiva cambia el enfoque de la oración al resaltar la acción en sí misma, en lugar de enfocarse en quién la realiza. Ejemplificado en «La comida es comida por el perro», aquí la comida se convierte en el sujeto de la oración, mientras que el perro, quien realiza la acción, pasa a un segundo plano o incluso se omite.

En la voz pasiva, la estructura de la oración se altera al colocar el objeto directo (en este caso, la comida) al principio, seguido por el verbo en su forma pasiva (en este caso, «es comida») y, en ocasiones, se agrega por quién o qué se realiza la acción (en este caso, «por el perro»).

Uso y Contexto de la Voz Activa y Pasiva

La elección entre voz activa y pasiva depende del énfasis que se desee otorgar en una oración. La voz activa es directa y proporciona claridad al identificar quién realiza la acción, ideal para comunicar información de manera efectiva.

Por otro lado, la voz pasiva se utiliza cuando se desea enfatizar la acción realizada, más que la identidad del que la lleva a cabo, o cuando el sujeto es desconocido o menos relevante en el contexto.

En resumen, la elección entre voz activa y pasiva depende de qué se quiere destacar en la oración: ¿el sujeto que actúa o la acción en sí misma? Ambas formas tienen su utilidad y su aplicación depende del propósito comunicativo y el énfasis que se busca transmitir en un texto o discurso.

¿Cómo Cambiar de Voz Pasiva a Activa?

Transformar una oración de voz pasiva a voz activa implica una serie de pasos que permiten cambiar el enfoque de la acción hacia el sujeto que realiza dicha acción. A través de estos pasos, es posible lograr una redacción más directa y clara. Veamos detalladamente cómo llevar a cabo esta transformación:

1. Identificar el Sujeto que Realiza la Acción

El primer paso es identificar quién realiza la acción en la oración en voz pasiva. Por ejemplo, en la oración «El libro fue escrito por María», el sujeto que ejecuta la acción es María.

2. Reorganizar la Oración para Destacar al Sujeto como Agente de la Acción

Una vez identificado el sujeto, reorganiza la estructura de la oración para ponerlo en primer plano como agente de la acción. Siguiendo el ejemplo anterior, reescribiríamos la oración como «María escribió el libro».

3. Modificar el Verbo para Pasar a la Voz Activa

Finalmente, cambia el verbo de la voz pasiva al tiempo adecuado en voz activa. En nuestro ejemplo, el verbo «fue escrito» se convierte en «escribió».

Ejemplo:

  • Voz Pasiva: El libro fue escrito por María.
  • Voz Activa: María escribió el libro.

Esta transformación resalta a María como la persona que realiza la acción de escribir el libro, ofreciendo una estructura más clara y directa en la oración.

Dominar este proceso permite una redacción más dinámica y eficaz al resaltar al sujeto como agente de la acción, brindando mayor énfasis y claridad al texto. Practicar este cambio entre voces gramaticales fortalece las habilidades de redacción y mejora la comunicación escrita de manera significativa.

¿Por Qué Cambiar entre Voz Activa y Pasiva?

La decisión de cambiar entre la voz activa y la voz pasiva no solo responde a cuestiones gramaticales, sino que también impacta en la expresión y estilo de la escritura. Exploraremos a fondo algunas razones fundamentales que respaldan la elección de alternar entre estas formas gramaticales:

1. Variedad Estilística: Rompiendo la Monotonía

Cambiar entre ambas voces gramaticales aporta variedad estilística a la escritura. La repetición constante de la voz activa puede hacer que el texto sea monótono para el lector. Al incorporar la voz pasiva estratégicamente, se logra un ritmo más dinámico, manteniendo la atención del lector a lo largo del texto.

2. Énfasis y Destaque: Acentuar Elementos Clave

La voz pasiva puede ser una herramienta eficaz para poner énfasis en la acción o el resultado de la acción en lugar de quien la realiza. Esto es particularmente útil cuando se desea destacar lo que sucede en la oración más que el sujeto en sí. Por ejemplo, «El nuevo producto fue lanzado ayer», coloca el enfoque en la acción de lanzamiento, resaltando la novedad del producto.

3. Sujeto o Acción Desconocidos o Irrelevantes: Utilidad de la Voz Pasiva

En ocasiones, el sujeto que realiza la acción o la acción misma pueden ser desconocidos o irrelevantes para el contexto. Aquí, la voz pasiva se convierte en una elección natural. Por ejemplo, «La información fue encontrada en la base de datos», donde no se especifica quién encontró la información, pero se destaca la acción de encontrarla.

4. Estilo Formal y Objetivo: Aplicación en Contextos Específicos

En contextos formales, como informes o artículos académicos, la voz pasiva se utiliza a menudo para lograr una presentación más objetiva y distante. Este estilo formal puede transmitir una sensación de imparcialidad y profesionalismo.

5. Construcción de Frases Más Complejas: Desafío Gramatical

Cambiar entre la voz activa y pasiva puede desafiar al escritor a construir oraciones más complejas y matizadas. Esta variedad gramatical contribuye a un estilo de escritura más sofisticado y expresivo.

En conclusión, cambiar entre la voz activa y pasiva no solo es una elección gramatical, sino una herramienta estilística poderosa. Al comprender las razones detrás de esta elección, los escritores pueden enriquecer su expresión y adaptarse a diferentes tonos y propósitos comunicativos, creando textos más cautivadores y versátiles.

¿Cuándo Usar la Voz Pasiva?

La voz pasiva despliega su utilidad en diversos contextos, aportando flexibilidad y énfasis a la expresión escrita. Profundicemos en situaciones específicas donde la elección de la voz pasiva se vuelve particularmente efectiva:

1. Enfatizar la Acción o el Resultado

La voz pasiva se convierte en una herramienta valiosa cuando el objetivo principal es destacar la acción o el resultado de la acción, en lugar de poner énfasis en quién la realiza. Por ejemplo, «El proyecto fue completado antes del plazo», enfatiza la conclusión exitosa del proyecto más que quién lo llevó a cabo.

2. Sujeto Desconocido o No Relevante

Cuando el sujeto que realiza la acción es desconocido o no tiene importancia en el contexto, la voz pasiva ofrece una solución clara. «El informe fue revisado por el comité» proporciona información sobre la revisión del informe sin especificar quiénes conforman el comité.

3. Contextos Formales y Académicos

En situaciones formales o académicas, la voz pasiva se emplea con frecuencia para mantener un tono objetivo y distante. Esta elección gramatical contribuye a la imparcialidad en la presentación de información, creando un estilo más académico y profesional.

4. Construcción de Frases Más Elaboradas

La voz pasiva permite construir oraciones más complejas y matizadas. Este uso puede agregar sofisticación y variación al estilo de escritura. «La ciudad fue testigo de un cambio drástico en su paisaje urbano» presenta la transformación de la ciudad como elemento central de la oración.

5. Narración de Eventos Relevantes

Al narrar eventos relevantes, la voz pasiva puede ser eficaz al centrarse en las acciones clave en lugar de las personas involucradas. «El descubrimiento fue un hito en la historia de la ciencia» resalta la importancia del descubrimiento sin especificar al descubridor.